sábado, 2 de abril de 2011

Hurt.

Añoro tu risa. Añoro cuando te quedabas mirándome. Tus caricias. Tus besos. Los "te quiero" que sonaban melódicos y sabían a dulce. Añoro tu mano enredada en la mía. Tus besos en mi nariz que tanto me gustaban. Añoro cuando me esperabas a que saliera de la academia. El beso de despedida antes de que entrara al instituto. Añoro cuando me llamabas. Tu preocupación hacia mí. Cuando te picabas porque no quería darte un beso. Tus expresiones. Tu voz. Tu piel. Tu aroma. Tu sabor. Tus labios, suaves, dulces.
Tus reproches cuando llegaba tarde.


Y ahora. Ahora me siento perdida, sin rumbo. Queriéndote en silencio. Engañándome a mi misma. Predicando que no te quiero. Que triste, ¿verdad?
Me siento vacía. No puedo mirarte a la cara. Pero ya no sé para qué escribo ni para qué siento nada, porque parece que te da lo mismo, o que simplemente no quieres verlo. Es lógico y razonable.
De los pocos días en los cuales te miro a los ojos...quiero morir.
Mi mente quiere olvidarte, incluso, odiarte. Pero mi corazón, mi corazón es idiota. Él no va a olvidarte, no. Él me va a recordar cada vez que pueda, tus besos, tus caricias... a tí.
Y eso, va a hacer, que la sonrisa que tenga en ese momento en mi cara, sincera y brillante, se convierta por hecho de ocultar las lágrimas que se formarán en mis ojos, pero no llegarán a caer. Y no es porque no quiera que caigan, sino porque, es tanto el dolor y la impotencia, que son incapaces de salir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario