miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿...?

Apago la música. Cierro la puerta. Apago la pantalla del ordenador dejando a los que me hablan con la palabra en las manos.
Miro al techo y me pregunto: ¿Las golondrinas son símbolo de libertad? ¿ Es mi pelo comparable con el chocolate? ¿Acaso mis perlas, bordeadas por mis labios, dan la sensación de felicidad?
¿No es cierto que toda sonrisa es diferente y que cada uno muestra millones de estados de ánimo? ¿No es cierto que las manos pueden llegar a hacernos llorar? ¿Puede ser un dibujo lo suficientemente malo para sentir el fuerte impulso de matar a alguien? ¿Acaso no hemos sentido la necesidad de morir, y ver si aquél al que más querías se dignaba a derramar una lágrima por ti? ¿No es cierto que nos vestimos con tantas capas en invierno que nos parecemos a las cebollas? ¿Miento si reconozco haber sentido pena de mi misma? ¿No te has dado cuenta que ésta entrada sólo tiene preguntas estúpidas?

¿Sabes cómo me siento ahora? No.
¿Sabes cómo me sentía antes? Tampoco.
Y por supuesto, no sarbás cómo me sentiré después.

¿Qué significa ésta entrada? Puede significar mucho, y nada.

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