martes, 20 de marzo de 2012

Despedida.

Quizás, cuando muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre belo, brillará sin conciencia.

Quizás no recuerde quien
fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.

Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.

Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh, hermosamente vivos!

Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.


Gabriel Celaya.

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