jueves, 13 de marzo de 2014

Mil pedazos...

Así dejé tu corazón aquella noche... roto en mil pedazos...
Y así se quedó el mío... cuando pronunciaste esas dos palabras...

No soporto saber que estás mal, y yo no dejo de llorar. Día y noche.
Te busco por todos lados, todo el tiempo.

He cometido muchos errores todo este tiempo, y me arrepiento de cada uno. De cada motivo que saqué para pelearnos o discutir. De todo lo que he callado por miedo a discutir... y lo único que conseguí fue todo lo contrario.

Me has pedido un tiempo, indefinido... Y lo respeto. Aún me cuesta hacerme a la idea de que ya no te puedo dar los buenos días, ni las buenas noches... Que no tengo esos besos, esos abrazos... Tus manos en las mías o en cualquier parte de mi cuerpo... Que ya no tengo a mi acompañante en las madrugadas...

¿Y a quién le voy a invitar a cenar pizza y luego ver "Juego de tronos"? ¿A quién le voy a brindar mi ayuda en lo que sea? ¿A quién voy a besar con ternura? ¿Con quién voy a jugar a juegos del ordenador? ¿Hacer tonterías, reírnos a carcajadas, dormir siestas?

Es normal este sentimiento de soledad y de estar en una nube. Lo superaré. Pero te echo demasiado de menos. 

No sé cuánto tiempo necesitas, pero yo te adelanto una cosa: ya he comenzado a poner andamios a esta mente que tengo. Ya he pedido ayuda, profesional. Hoy ha comenzado mi tratamiento. Voy a volver a ser la que era, no lo que me convertí. 

Toma cuanto tiempo necesites, pero lo que no puedo soportar es este contacto inexistente... No puedo, después de un año y casi tres meses cortar toda comunicación con mi amigo, con mi novio, con mi pequeño...

Lo necesitas. Y yo lo voy a respetar.
Sólo te llamaré. Una vez. Este viernes. Para preguntarte cómo estás, y si vendrás a la boda, pues tu cubierto está pagado y tengo que comunicárselo a mi prima. Y a partir de ahí, no volveré a comunicarme contigo, a menos que tú quieras. 

Te prometo que voy a recuperar mi orgullo, y te comunico que no estoy sola. Me haces falta, pero estoy haciendo por salir y por verme bien. Me maquillo un poco.

El vestido para la boda es precioso. 

No sabía que podía echar tanto de menos a alguien. Y no sabía tampoco que el corazón te puede doler, tanto tanto como para llorar horas y horas, y que cada lágrima queme.

Hay una cosa que no cambia y que no va a cambiar. Que te quiero. Te quiero como no he querido a nadie. Te amo, Jose. Y por eso voy a respetar tu decisión. Y a arreglarme yo también.

Te quiero. Te quiero muchísimo.