domingo, 14 de septiembre de 2014

Dolor

Es lo único que sientes.

Y no me es extraño.

El dolor. ¿Qué es el dolor en sí? Realmente, físicamente, no tienes dolor. Sólo te duele el alma.

El alma. ¿Realmente tenemos alma? Nadie tiene respuesta. Pero, cuántas veces  hemos dicho "me duele el alma", y, era tan sincero.

Todo lo que sientes. Todo lo que piensas. Todo lo que imaginas y supones. Es dolor. Y más dolor.

Te han llegado mensajes de personas que te piden que no te martirices así. Pero, ¿qué es el amor sin dolor? Demasiado irreal para el hombre. Demasiado confuso. Demasiado estúpido conferir el amor sin dolor. Pero, ¿qué hay del amor, con desamor y dolor? Nada.

Ojalá pudiera sacar cada pedazo de tu corazón y envolverlo en algodón. Curarlo y coserlo. Ojalá pudiera lavar tu alma con lejía y dejarla blanca y pura y quitarte esas manchas negras tan feas. Ojalá, pero no puedo.

Sólo puedes aferrarte a ese viejo reloj que te marca el compás de una vida por delante llena de oportunidades y personas nuevas y maravillosas que te enseñarán lo que es la vida, sin que ellas mismas se den cuenta. Y ahí estarás tú, viviendo y compartiendo tu tiempo. Pero date a ti un segundo para respirar cada día. Un minuto para pensar. Una hora para abrazarte. Y una vida para quererte a ti. Sólo a ti. Quien quiera quererte ha de saber que tú le quieres, pero no le necesitas. Porque sólo te necesitas a tí. Sólo tú eres capaz de sacarte de los pozos más hondos y oscuros que nos pone la vida de vez en cuando.

Este momento en tu vida te enseñará muchas cosas que antes desconocías. Te enseñará a no depender, a no vivir a través de alguien, a tener paciencia, a no exigir ni controlar, a dar respiros y tiempos de espera. A ser tolerante, pero no tonta. Todo eso, y más, mucho más. Muchísimo más.

La vida no nos castiga, nos enseña. Ha llegado tu momento. Tu momento de crecer. De soñar sin futuro. De hacer planes al instante. De no recordar el pasado, de vivir un presente, y pasar del futuro. Porque lo que tenga que venir, vendrá.

Lucha por ti. Lucha por tu orgullo. Por tu vida. Por ti.

Los demás te querrán o te odiarán. Y algunos querrán hacerte daño. Pero tú serás más fuerte, más madura.

No se acaba el  mundo porque alguien nos deje de querer. Porque detrás de esa persona, hay otra que nos va a querer mucho más tiempo. Incluso toda la vida. Pero, cariño, aún eres joven, y demasiado niña. Aún te queda. Aún nos queda. A todos.

Rodéate de buenos amigos, que los malos ya se irán.

Sabes que aquí nos tienes. 


Y no lo olvides:


Te tienes a tí misma.