martes, 20 de enero de 2015

Tropiezos

Cuando tropiezas con la vida, de vez en cuando te caes. Y en esa caída, lo mismo te haces daño tú, como se lo haces a los de tu alrededor sin mayor por qué de tu dolor. De verte en el suelo de nuevo cuando creías superada la piedra anterior.

Y a veces no es la vida, simplemente tropezamos con nuestros propios pies, y le echamos la culpa al de atrás por pisarnos, cuando nos hemos zancadilleado nosotros mismos.

Y cuando te das cuenta de tu error, te duele la rodilla y el corazón. La boca y las manos. La cabeza y el alma. Pecamos de egocentrismo, todos, sin excepción, en mayor o menor nivel. Y cuando nos percatamos, una losa se nos cae encima.

Cómo duele estar tirada en el suelo con heridas abiertas mientras abrimos otras.




                         Y por más que le pidas perdón al vaso roto, éste no se reconstruye solo.


jueves, 1 de enero de 2015

Querido 2015:

tu primo 2014 fue un año de mierda, y tú, imagino, por eso de la familia, creo que no vas a ser menos. Quisiera anunciarte que no espero ABSOLUTAMENTE nada de ti. Nada. Puesto que siempre pongo expectativas muy altas e inalcanzables, el propósito de este año es no esperar. Ni a ti, ni a nadie. Estoy cansada de hacerme ilusiones por todo, si nunca se cumplen, porque yo misma las elevo tanto, que cuando llegan, se quedan a la altura del betún, y ya te puedes imaginar. Estoy cansada de mi forma de actuar ante las decisiones y los problemas. Por eso no voy a esperar ni de mi misma, aunque sí que me gustaría encontrar un sueño por el que luchar y volver a tener ilusión por las cosas, y eso no lo hace otra persona que no sea uno mismo. Pero es que todo me da pereza y se ve todo tan monótono y aburrido, que parece que no merece la pena. Tengo demasiado tiempo libre. DEMASIADO. Y no lo aprovecho. Me propongo mini-retos y no los cumplo, y eso me hace verme como una persona sin voluntad por mejorar y mantenerme activa, y siento que poco a poco me vacío de vida. Y soy yo misma, que no me impongo ante mi cuerpo y mi mente. Espero a que haya un "click" que me haga cambiar radicalmente, y es una estupidez. El "click" soy yo, y aquí estoy, mirando el botón. Y me aburro de mirar, efectivamente. Me aburro de esperar algo que no va a llegar hasta que yo me ponga en marcha, y siempre buscando excusas, dios... Lucía, cállate ya de tanta excusa, tienes la fuerza que quiere salir, tienes que alejarte de lo que te anula.

Desde luego, hay días que se estropean solos, y otros que me los estropeo yo misma. Últimamente estoy notando cómo esa frialdad que me caracteriza va subiendo por mi, y parece raro, pero me encanta, porque esta soy yo. Independiente y fría, pero no todos los días, no pensemos mal. Voy notando cómo hay cosas que me preocupan y otras que me dan verdaderamente igual, que me importan una soberana mierda, hablando en plata. Es maravilloso. Voy teniendo criterio de nuevo, y nuevo. Cuántos años anulada, y yo sin darme cuenta. 

Este año van a haber muchísimas despedidas: adiós miedo, adiós pereza, adiós tiempo desocupado, adiós preocupaciones, adiós decisiones premeditadas, adiós gente tóxica, adiós sentimientos venenosos, adiós aburrimiento, adiós problemas estúpidos, adiós dolores, adiós llantos, adiós sentimiento de culpa sin sentido, adiós chantajes, adiós a todo aquél que no me quiere, adiós a Lucía la triste. ¡Púdrete en el puto infierno y déjame vivir ya de una jodida vez!


Y sí, sé que hay que renunciar a muchas cosas, pero ya está bien de renunciar a mi felicidad por la de los demás. Me toca a mi.

¡Quiero ser feliz! ¡Y lo voy a ser, porque me lo merezco!




¡Y ESTA VEZ TENGO TODO UN AÑO PARA LLEVARLO A CABO! ¡Y VA A SER DE VERDAD!