domingo, 8 de marzo de 2015

Hacía tiempo que no sentía este frío casi de enero.
Hacía tiempo que no me sentía rota.
Que no me sentía tan triste.

Tan sólo por una estúpida promesa rota por una jaqueca.
No, estúpida soy yo por hacerme ilusiones. Por pensar que por fin iba a ir de la mano de mi amor por las calles de mi ciudad. Como si fuera su perra. Qué imbécil soy.

Y aquí me veo, llorando como una idiota, por una situación estúpida, que me hacía demasiada ilusión como para pensar que esta vez, después de seis meses, al fin podría cumplirse.

Y aquí no hay culpa ni culpables, es tonto pensar eso. Hay situaciones, sentimientos y consecuencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario