jueves, 12 de enero de 2012

¿Qué es la soledad?

Según un diccionario: Falta de compañía. Ausencia de ocupantes o de habitantes.
Según mi vida:Estar rodeado de gente, intercambiando palabras, risas, carcajadas...pero con un frío interno perenne y una gran sensación de rechazo.
Esos dos términos hacen a una persona insegura, incontrolable en sentimientos y accions, que no sabe lo que le pasa.
Así me podría definir yo. Soy insegura, aunque intente engañarme a mi misma y convencer a mi reflejo. Me refugio en mi, me coloco un caparazón y permanezco inerte en medio de mis amigos. Siento que no perentenezco que no me entienden. Intento justificar mis actos, pero las palabras se funden en el aire y se hacen imperceptibles. Mis sonrisas son cada día un poco más forzadas. Mis ojos ya no brillan igual que antes. Ahora, su expresión es más triste. Mi corazón, remendado infinidad de veces, ya no tiene fuerzas para seguir latiendo, expulsando ese amor y ese cariño a todos. Tiene tanto dolor,ese dulce veneno que una vez que entra no sale, ni si quiera se disuelve, que ya no le quedan ganas de querer a nadie.
Mis manos son incapaces de dar cariño. El único mensaje que transmiten cuando toco a alguien es: Por favor, no me dañes.
Mis lágrimas afloran en los primeros momentos del amanecer y se recogen a la madrugada, dejando hileras calientes y saladas en mis mejillas. Cada vez que una de estas pequeñas baja la pendiente tierna de mi cara siento una extraña sensaciñon, indescriptible, que ni me relaja ni me agobia. Me deja atontada, sin ganas de nada...
Mi conciencia...me mata... Tan contradictoria... Tan traicionera... Me obliga a que perdone y cuando me vuelven a hacer daño me castiga... Y así una...y otra...y otra vez...
Mis nervios me traicionan al igual que la conciencia, pero lo hacen en cada paso que doy: escupen palabras, disparan miradas, y es frustrante, son actos involuntarios... yo no quiero ser así...
Mis uñas rompen mi piel, creo que quieren desgarrar estos sentimientos, pero están tan adentro que son incapaces de llegar. Me causan heridas. Hacen que mis poros lloren sangre.
No creo que sea cosa de la edad, pues me viene de lejos... Es cosa de que no soy fuerte por mucho que lo intente, por mucho que me lo digan. No necesito soluciones, sólo apoyo, cariño y sinceridad...
La gente se enfada conmigo por sentirme de ésta manera, pero no se dan cuenta de que yo también me cabreo de verme así.
Sufro más por los demás que por mi. Soy capaz de morir por aquella persona que me importe, y a cambio, lo que suelo recibir son desdenes, falsas promesas y culpabilidad.
Yo no voy de malas con nadie, yo sólo quiero sentirme querida.
Tocar a alguien y sentir el calor del cariño, y no el chispazo que me obligue a retirar la mano ipso facto. Me gustaría reír sin sentir vergüenza. Llegar a mi casa feliz cada día por haber compartido con esas personas unos momentos, que aunque mi memoria no los guarde, mi corazón rememorará esa sensación el resto de mi vida.
No pido compasión, no soy una víctima de nada ni de nadie.
Yo no pido nada, solo que si me vas a hacer daño, me lo digas antes, pues así podré cubrirme con una falsa armadura y por un momento creeré que soy fuerte.




P.D: No quiero llegar a odiarme...





Comenzado en la clase
de Plástica del jueves,
terminado en la clase
de Lengua del mismo.